La pasta es de los platos más socorridos ya sea por su fácil y rápida preparación o por su gran abanico de posibilidades a la hora de acompañarla, desde el tomate de lata a palo seco hasta un buen sofrito con carne y verduras. Es un plato que nos puede salvar en un día de pereza y sin ganas de complicarse en la cocina o incluso para aprovechar cosas que tengamos por la despensa ya sean cosas a punto de caducar o comida sobrante de otro día.
Debo confesar que me considero bastante sibarita a la hora de cocinar la pasta, pues es algo que me gusta cocinar con cariño y atención ya que una pasta bien preparada puede dar un salto de unos simples macarrones a algo realmente delicioso. Siempre que puedo intento usar pastas de procedencia italiana que sean para hacer al dente, creo que en la actualidad podemos encontrarlas en cualquier supermercado, yo en concreto suelo utilizar las marcas que veden en Caprabo y Lidel.
Estos son los dos productos base que he utilizado (ambos comprados en el Caprabo), lo ideal sería acudir a un comercio con productos de Italia pero no siempre es factible, antiguamente cuando vivía en la Ronda Sant Antoni tenía dos comercios cerca de casa en dónde uno de ellos elaboraba su propia pasta fresca (como echo de menos tener esas cosillas cerca snif). Sin más dilación vamos a ir a la receta 🙂
Ingredientes para 2 personas
Rigatoni al gusto
Tomate seco en aceite
Salsa pesto
Crema de leche para cocinar
Queso parmesano (Gran Padano)
Aceite
Sal y pimienta
A la hora de hacer la pasta siempre hay que seguir las instrucciones que indica el fabricante, normalmente lo que hago yo es poner primero el agua a hervir, no suelo llenar la cazuela mucho si no poner el agua suficiente para la pasta (que no sobre pero tampoco que no falte, la pasta debe tener su espacio par poder crecer pero tampoco hay que poner dos litros para cuatro macarrones). Cuando el agua arranca a hervir es cuando le echo la sal, veréis que deja de hervir y cuando vuelve a arrancar es entonces cuando hecho la pasta y pongo el temporizador con el tiempo de cocción.
Para hacer la salsa pesto os voy ha decir la verdad, no tiene ningún misterio porque la compro hecha jajaja si que es cierto que siempre queda más buena hecha al momento pero tengo mil peleas con la albahaca y siempre se me mueren las plantas así que suelo tirar siempre de Buittoni o marca blanca. Para hacerla primero corto el tomate seco y le doy una sartenada con unas gotas de aceite, luego le echo un chorro de crema de leche para cocinar, la sal pimiento y seguidamente le añado (más o menos) la mitad de la tarrina de salsa pesto que vienen preparadas.
Ya emulsionada la salsa le añado la pasta, no suelo colarla si no más bien la cojo con la espumadera directamente de la cazuela y la añado a la sartén, esto lo hago para que la pasta que esta al dente se termine de hacer con la salsa y el agua de la pasta que cae en la sartén sirva para ligarlo todo.
Antes de emplatar y con la pasta aún en la sartén le espolvoreo queso parmesano y lo mezclo todo bien, otra opción que también suelo hacer con este tipo de pasta es en vez de ponerle parmesano corto unos taquitos de queso fresco y lo añado ya con el plato servido (este truco lo saqué de mi amiga Chiara ❤).
Espero que os haya gustado la receta, ya me diréis que os ha parecido 🙂
Besotes y ¡Bon profit!
Que pintaza…. Ñam ñam
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